Seguridad y prevención

La práctica de la Espeleología conlleva un riesgo que puede ser evitado o paliado en gran medida recibiendo formación previa
sobre las técnicas, los materiales, los equipos a utilizar y siguiendo una serie de pautas de actuación en las incursiones al interior
de las cuevas y simas.

Prevención de riesgos

La mejor protección que puede tener un espeleólogo ante los riesgos es la prevención. A continuación se detallan una serie de normas que si se cumplen pueden hacer que se eviten o atenúen los eventuales peligros que nos depare la actividad subterránea:

  • Diseñar con rigor la exploración o la visita según las peculiaridades de cada cavidad, informándose de sus características técnicas y morfológicas, y atendiendo, sobre todo, al comportamiento hidrológico de la misma. Conocer las predicciones meteorológicas de la zona y en especial las previsiones de tormentas.
  • Confeccionar un horario teórico de la actividad completa a realizar y establecer un tiempo límite a partir del cual se dará la alerta.
  • Vigilar que la condición física de los participantes sea la apropiada para la actividad a desarrollar.
  • Disponer del equipo individual completo, en buenas condiciones de empleo y adecuado al tipo de cavidad.
  • Llevar doble sistema de iluminación y repuestos.
  • Revisar detenidamente el material de instalación.
  • Incluir en el equipo manta isotérmica.
  • Llevar ración alimentaria de supervivencia.
  • No formar grupos numerosos.
  • Conocer básicamente las técnicas de autosocorro y procedimientos de fortuna.
  • Toda persona que se encuentre en apuros por agotamiento o por dificultades técnicas debe ser ayudada inmediatamente.
  • Todo espeleólogo en estado de fatiga, no debe emprender un ascenso largo y/o difícil sin antes haberse recuperado.
  • En el seno de un equipo, no se debería dejar a un compañero efectuar solo un ascenso largo y/o difícil.
  • Revisar las cuerdas de progresión que lleven mucho tiempo instaladas en la misma posición y sufriendo la agresión del barro y el agua.
  • Si la cavidad puede tener alguna complejidad, dejar alguna persona en superficie o comunicar a alguien responsable la actividad a desarrollar y el horario teórico previsto.

En caso se accidente

Si por no cumplir las normas anteriores, o a pesar de llevarlas a cabo por circunstancias totalmente imprevisibles, surge el accidente, hay que seguir las reglas que a continuación se indican:

  • Trasladar al herido a lugar seguro y estable.
  • Mantener al herido caliente y animado.
  • No dejar solo al herido.
    • En caso de hemorragia comprimir la herida.
  • Balizar, en la medida de lo posible, el itinerario hasta el lugar del accidente.
  • Dar la alerta lo más rápidamente posible.
  • Mantener operativa la vía de comunicación con la que se ha dado la alerta (teléfono, radio, etc.).

Llamada de alerta

Al realizar la llamada de alerta, es muy importante, comunicar los siguientes datos:

  • Nombre de la cavidad.
  • Situación geográfica, indicando la población más próxima.
  • Localización precisa y accesos.
  • Lugar de la cavidad donde se encuentra el accidentado, describiendo el itinerario por el interior hasta dicho sitio.
  • Número de heridos y su estado.
  • Causas del accidente.
  • Estado de la instalación de progresión por cuerda.
  • Material técnico disponible en el lugar del accidente.
  • Disponibilidad de iluminación y alimentación.
  • Filiación del herido (nombre, origen, club al que pertenece, etc.). o Experiencia o capacitación técnica del herido y acompañantes.

La llamada de alerta se ha de hacer al número de emergencias 112, que es el que más amplia cobertura tiene. Seguidamente el Servicio de Protección Civil del Gobierno de Aragón activará al Espeleo Socorro Aragonés y a los G.R.E.I.M. de la Guardia Civil.

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